
Aquí van unas cuantas reglas que funcionan casi siempre para valorarte a ti, y también a tu trabajo. No es un manual secreto mágico. Es sentido común, un poco de humor y mucha práctica.
1- Sé humilde.
No eres el ombligo del mundo. Hay gente que sabe más, gente que sabe diferente, y gente que te puede enseñar mucho… si te quitas el ego de encima.
2- Nunca dejes de aprender.
El día que creas que ya sabes todo, ese día empiezas a estancarte. El conocimiento no caduca, pero tú sí, si te duermes.
3- Reconoce tus errores.
No eres perfecto. Nadie lo es. Equivocarse es obligatorio; lo que importa es cómo lo corriges y lo que aprendes.
4- Si algo no te sale bien, cambia de táctica.
No insistas como un robot. A veces hay que darle la vuelta al enfoque y probar algo nuevo. Innovar no es lujo: es necesidad.
5- Pide consejo.
No lo sabes todo. Y no pasa nada. Preguntar es de sabios (y de prácticos). Rodearte de gente buena multiplica tu valor.
6- Reconoce tus límites.
No eres una máquina. Saber decir «hasta aquí» también es profesionalidad. Evita quemarte y quemar a los demás.
7- Cuídate. Y mímate.
No solo para rendir más, sino para vivir mejor. Dormir bien, comer bien, desconectar… no es opcional, es estratégico.
8- Cobra bien por tu trabajo.
Valorarte empieza por ti. Si tú no respetas tu precio, nadie más lo hará. Profesionalidad también es dignidad.
9- Disfruta de lo que haces.
Trabajar sin disfrutar es como comer sin saborear. Si no te gusta lo que haces, plantéatelo. Se nota, y mucho.
10- Y agradece. Siempre.
A tu profesión, a tus clientes, a tus compañeros, a la vida. El agradecimiento te centra, te equilibra y te recuerda lo lejos que has llegado.
Porque ser buen profesional no es solo saber hacer las cosas, es la actitud y cómo las haces.
¿Te ayudamos?
BRANDING, MARKETING, PUBLICIDAD Y COMUNICACIÓN PARA EMPRESAS